"Todo está intacto", exclamó Manolis Andronikos en noviembre de
1977 al contemplar el interior de la cámara funeraria en la que acababa de
introducirse. Su voz resonó en las excavaciones del túmulo de Vergina, llegando
como un eco hasta sus colaboradores que, temerosos y expectantes, habían
quedado arriba, mientras el profesor descendía por una escalerilla de cuerda a
través del pequeño boquete abierto en la bóveda de la construcción funeraria (BLÁZQUEZ,
1978).
Durante el período Helenístico, fuera de Atenas, el panorama es muy
distinto a lo comentado hasta ahora en las anteriores entradas de este blog. En
Grecia del Este se encuentran tumbas de una gran monumentalidad, en las que se
funden elementos orientales y propiamente griegos. En esta región abundan las
tumbas de cámara, las fachadas con tratamiento arquitectónico y sobre todo, los
grandes mausoleos. En lugares de la periferia, como Macedonia, se suman también
al ambiente de la monumentalidad de la arquitectura funeraria y del lujo
imperante en el final del mundo clásico y el arranque del Helenismo. Destaca en
este sentido, una serie de sepulturas hipogeicas cubiertas con bóveda,
precedidas por un dromos (avenida
procesional) y por una antecámara y cubiertas por un túmulo. Las más famosas se
conocen con el nombre de "Tumbas Reales" y fueron encontradas en el
Gran Túmulo de Vergina, donde con bastante probabilidad reposaron los cuerpos
de Filipo II de Macedonia y algunos miembros de su familia.
El túmulo cubre cuatro tumbas, tres de ellas de la modalidad de cámara y
una de cista. Pese a las discusiones de más de una década, hoy en día numerosos
autores no dudan que el ocupante de una de estas monumentales cámaras fue el
padre de Alejandro Magno. Al menos, esto es lo que puede deducirse de los
análisis antropológicos que ponen en evidencia que el cráneo hallado en la
cámara principal tenía una herida en el ojo derecho. Filipo II había perdido
ese ojo en el sitio de Methona en el año 354 a. C. Esta identificación es muy
importante, ya que proporciona la fecha del 336 a. C. para la tumba, la
decoración y todos los objetos hallados en su interior.
La tumba de Filipo II presenta una fachada dórica con un friso decorado
con pinturas que representan una cacería. La tumba comprende dos sepulturas: en
la cámara principal se encontraba el Rey y en el vestíbulo su esposa. Sus
restos se depositaron en dos larnakes (sarcófago
de pequeño tamaño) de oro dentro de un sarcófago de piedra. Los objetos se
dispusieron en el suelo, ordenados sobre el lecho (espada y puñal) o sobre una
mesa.
Imagen 01. Restitución de la tumba de Filipo II de Macedonia.
Imagen 02. Imagen de la entrada
de la tumba de Filipo II de Macedonia.
A la hora de reconstruir el ritual funerario, no se tienen muchos
indicadores arqueológicos que se refieran al momento anterior a la cremación de
los cuerpos. No obstante, la presencia de utensilios de baño, hace pensar que
se procedió al lavado purificador de los cuerpos. También es posible que un
cortejo acompañara a los muertos hasta la pira transportando solemnemente los
objetos hasta depositarlos en el lugar donde se han hallado.
Aunque no se ha identificado el lugar exacto donde se ubicó la pira, sí
se han encontrado algunos vestigios quemados encima de la cámara abovedada. Se
trata de un montón de ladrillos que debieron corresponder al zócalo de la
hoguera, así como restos de objetos que fueron quemados con los cuerpos:
espadas, puntas de lanza, piezas de enganche de caballos, elementos decorativos
realizados en marfil y algunas hojitas de roble en oro pertenecientes a la
corona que se encontró depositada en el larnax
junto con los restos. Según esto, el Rey fue transportado sobre una camilla que
soportaría un lecho decorado con marfil. Su cabeza iría ceñida por la corona de
roble en oro, que le fue retirada antes de que las llamas consumieran el
cuerpo, para ser depositada con los restos en el larnax. Las piezas de ataviado de caballos hacen pensar que los
animales fueron sacrificados como en los funerales de Patroclo.
Imagen 03. Corona regia
compuesta por 313 hojas y 68 bellotas de oro. Símbolo de Zeus,esta corona, que
presentaba signos de haber sido quemada, se halló dentro del larnax del Rey.
Imagen 04. Larnax de oro que
contenía los huesos calcinados del difunto Rey Filipo II.
Vídeo: Descubierta la tumba de Filipo II de Macedonia.
BIBLIOGRAFÍA
BLÁZQUEZ MARTÍNEZ, J. M. (1978): "La tumba de Filipo
II de Macedonia", Historia 16 nº 26,
pp. 138-143.
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e i rituali della morte", en S. Settis (ed.): I Greci, vol. 2, Torino, pp. 345-470.
GÓMEZ ESPELOSÍN,
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Antigua, Madrid, Alianza Editorial.
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¿Filipo II o Filipo III?", Panta Rei
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(1991): "Muerte y ritual funerario en la Grecia antigua: una introducción
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Imágen 01: http://portalclasico.com/
Imágen 02: http://portalclasico.com/
Imágen 03: http://www.nationalgeographic.com.es/
Imágen 04: http://www.commons.wikimedia.org
Autor: Israel Jacobo Alcón García
Interesante entrada. Me lleva a preguntarme si en la periferia griega compartirían las mismas creencias sobre la muerte que en el mundo griego o quizás desarrollasen ideas autóctonas. Imagino que lo primero, pero si me pudiese resolver la duda. Gracias
ResponderEliminarHe respondido a tu pregunta en una nueva entrada, intentando resolver tus dudas. Espero haberlo conseguido. Un saludo!
ResponderEliminarAgradezco muchisimo tu nueva entrada!! Me has aclarado un poco mas el panorama de la periferia griega. Ya solo me queda buscar la bibliografía que citas para saber mas. Un saludo!!
ResponderEliminarCuando visité Vergina, a principios del año 2014, a parte la riqueza de los tesorillos y la natura intacta de la tumbas, lo que más me impresionó fue la pintura parietal que pertenece a la llamada "Tumba de Perséfone", no tanto por la temática tratada sino por el nivel demostrado por el pintor, estamos en 340 a.C. y delante una extraordinaria experimentación de la bidimensionalidad y del movimiento! Te recomiendo que te fijes en el particular de las ruedas del carril de Ades para comprobar.
ResponderEliminarTe agradezco mucho la entrada y además la explicación general rinde muy bien la idea de la que sería la real experiencia museal.
Paolo Bua
Efectivamente la pintura parietal denominada "Tumba de Perséfone" está cargada de detallismo y delicadeza en los trazos. Esta pintura fue hallada en la conocida "Tumba I o Tumba de Perséfone". Esta tumba se compone de una pequeña estructura rectangular, con tres de sus paredes cubiertas por pinturas que representan el rapto de Perséfone por Hades. Se trata de una tumba en cista que fue saqueada en la Antigüedad, pero que contenía los restos de un hombre, una mujer y un niño.
ResponderEliminarHay una cosa que no termino de entender, y es donde está el sarcófago de mármol, por más que busco por Internet no lo veo
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