Descensus
ad Inferos
Y Helios se sumergió, y todos los
caminos se llenaron de sombras. Entonces llegó nuestra nave a los confines de
Océano de profundas corrientes, donde está el pueblo y la ciudad de los hombres
Cimerios cubiertos por la oscuridad y la niebla. Nunca Helios, el brillante,
los mira desde arriba con sus rayos, ni cuando va al cielo estrellado ni cuando
de nuevo se vuelve a la tierra desde el cielo, sino que la noche se extiende
sombría sobre estos desgraciados mortales.
(...)
Hijo mío, ¿cómo has bajado a la
nebulosa oscuridad si estás vivo? Les es difícil a los vivos contemplar esto,
pues hay en medio grandes ríos y terribles corrientes, y, antes que nada,
Océano, al que no es posible atravesar a pie si no se tiene una fabricada nave.
La Odisea,
Homero (Canto XI pp. 201-202 , 205)
Así es como
Homero nos describe en La Odisea el
Hades o Inframundo, un lugar sombrío, oscuro y tenebroso, cubierto por
constantes nieblas y rodeado de grandes ríos y terribles corrientes. El término
Hades designa tanto al dios como al lugar donde éste habita, que no es otro que
el reino de los muertos, el lote que le ha tocado en el reparto con sus
hermanos Zeus y Posidón.
Hades, como Dios
de los muertos, era una figura temible para los vivos. Éstos eran reticentes a
decir juramentos en su nombre y, para muchos, nombrar la palabra
"Hades" conllevaba miedo y superstición, por lo que se buscaron
eufemismos que usar como "Érebo". En cambio, Hades como la morada de
los muertos, era el lugar donde iban todos los mortales y muy pocos podían salir
una vez que entraban en él.
El
itinerario de las almas
El Inframundo
griego era un territorio cruzado por diversos ríos, llanuras y pantanos,
franqueado al sur por el Océano. A su vez, estaba dividido por varias zonas o
partes geográficas.
La función de
trasladar a los vivos al reino de los muertos la desempeñaba Thánatos ("La
Muerte"), hermano inseparable de Hipno ("El Sueño"). Las almas
de los muertos entraban al Hades o Érebo y se situaban junto a uno de los cinco
ríos del Inframundo, el Aqueronte (río de la tristeza, de la pena o del
infortunio). En este punto el difunto debía pagar al barquero Caronte, el titán
menor hijo de Érebo y Nyx, una moneda a cambio de llevarle a la otra orilla del
río. Es por esto que en Grecia, al morir, se colocaba una moneda debajo de la
lengua o sobre los ojos del difunto. Quienes no podían pagar al barquero, eran
obligados a vagar, como sombras, alrededor de la orilla del Cocito, río de la
lamentación.
Al otro lado del
río Aqueronte, se alzaba la triple muralla del Inframundo, custodiada por
Cerbero, un perro tricéfalo que se encargaba de impedir la entrada a los vivos
y evitar que los muertos escaparan del Hades. Tras sobrepasar la muralla, las
almas de los difuntos se sometían a un juicio que determinaba a qué zona del
Inframundo serían destinados. Los jueces eran el Rey Minos de Creta, el Rey Aecus
de Egina y Rhadamanthys, hermano de Minos. Una vez conocida la sentencia, las
almas partían hacia los Campos Asfódelos, hacia los Campos Elíseos o hacia el
Tártaro, dependiendo de las acciones en su vida terrenal.
Aquellos que
habían tenido una vida equilibrada respecto a los conceptos representativos del
bien y del mal, partían hacia los Campos Asfódelos, una llanura en la que abundaban
las flores Asfódelas (la comida favorita de los muertos). Las almas de los
guerreros heroicos y de los hombres virtuosos partían hacia los Campos Elíseos,
donde llevaban una existencia dichosa y feliz. En cambio, aquellas almas impías
y malvadas eran enviadas a El Tártaro, un lugar tétrico, oscuro y habitado por
formas y sombras incorpóreas.
Además del río
Aqueronte y del río Cocito, existían tres ríos más. El río Estigia (río del
odio), era considerado el límite entre la tierra y el mundo de los muertos; el
río Piriflegetonte (rio de fuego), que fluía paralelo al río Estigia; y el río
Lete (río del olvido), donde en sus aguas tranquilas las almas de los muertos
bebían el olvido de su vida terrestre, perdiendo todos los recuerdos.
Plano del
Inframundo en el Viaje de Eneas.
Año de 1823, por
Andrea de Jorio.
Bibliografía
(1992) Odisea: Canto X y XI. Edición de José
Luis Calvo. Madrid: Catedra.
GÓMEZ ESPELOSÍN,
F. J. (2004): Introducción a la Grecia
Antigua, Madrid, Alianza Editorial.
GRIMAL, P. (2009):
Diccionario de Mitología griega y romana.
Traducción de Francisco Payarols. Barcelona, Paidós Ibérica.
JÜNGER, F. (2006):
Los Mitos Griegos. Tradución de
Carlota Rubies. Barcelona, Herder.
LÓPEZ EIRE, A.,
VELASCO LÓPEZ, M. del H. (2012): La
mitología griega: lenguaje de dioses y hombres, Madrid, Arco/Libros.
www. commons.wikimedia.org
(imagen de Andrea de Jorio).
Autor:
Israel Jacobo Alcón García
¿La sangre no sería la libacion favorita de los muertos ya que es lo que les nutre? No recordaba lo de las flores asfodelas.
ResponderEliminarMagnifica entrada!
Efectivamente, encontramos una importante prueba de ello en el Canto XI de La Odisea, en el que Homero cuenta la forma en que las almas acudían hacia Odiseo con la esperanza de beber la sangre vigorosa y vital que éste traía consigo, tras realizar el sacrificio de varios animales:
ResponderEliminar"Luego que hube suplicado al linaje de los difuntos con promesas y súplicas, yugule los ganados que había llevado junto a la fosa y fluía su negra sangre. Entonces se empezaron a congregar desde el Erebo las almas de los difuntos, esposas y solteras; y los ancianos que tienen mucho que soportar; y tiernas doncellas con el ánimo afectado por un dolor reciente; y muchos alcanzados por lanzas de bronce, hombres muertos en la guerra con las armas ensangrentadas. Andaban en grupos aquí y allá, a uno y otro lado de la fosa, con un clamor sobrenatural, y a mí me atenazó el pálido terror.
(...)
Entonces saqué la aguda espada de junto a mi muslo, me senté y no dejaba que las inertes cabezas de los muertos se acercaran a la sangre antes de que hubiera preguntado a Tiresias"
Todo parece indicar que, aquellas almas que anhelaban beber la sangre de los animales sacrificados, pertenecían a personas que no habían recibido un entierro digno o que habían muerto de una forma "no natural" o tortuosa.
Me alegra saber que te ha gustado la entrada.