jueves, 12 de noviembre de 2015

El Rapto de Perséfone



Si en el Pínax de Locri Perséfone porta un ramillete de trigo, tal vez se deba a su simbología antes de ser raptada por Hades; pero una vez en el Inframundo, a Perséfone se la representa, efectivamente, con una granada. Para aclarar estas cuestiones, es necesario recordar el mito del Rapto de Perséfone y cómo la mitología griega justifica las estaciones del año a partir de éste.

Perséfone en la mitología griega, era la hija de Zeus, padre de los Dioses, y de Deméter, diosa de la fecundidad, de la tierra y de la agricultura. Producto de este matrimonio nació Kore, que luego fue llamada Perséfone.

La joven Perséfone salió un día a recoger flores y, cuando se inclinó para oler una flor, repentinamente se abrió la tierra. Al instante apareció Hades, dios de los infiernos, en un carro arrastrado por dos yeguas negras. Estrechando a la joven fuertemente contra él la montó en el carro y huyó con ella. Los gritos de Perséfone llegaron hasta la madre, sin poder hacer nada por su hija. Durante mucho tiempo vagó por mar y tierra buscando a su hija, hasta que en su largo recorrido encontró a Helios, personificación del Sol. Este le dijo: “sólo Zeus y ningún otro inmortal o mortal es culpable, ya que él ha concedido tu hija a su hermano Hades para hacerla su esposa”.

Cuando Deméter supo la verdad sobre el rapto de la hija juró vengarse provocando un año durísimo: la tierra se agostó y no creció en ella ninguna simiente, dando lugar a una gran hambruna entre los dioses y los humanos. Rendido, Zeus envió a ella una mensajera, Iris, pidiéndole que depusiera su actitud. Deméter declaró que no permitiría que la tierra volviera a dar frutos hasta ver de nuevo a su hija. Pero ésta que ya había probado la granada, considerado el fruto de los infiernos, le era imposible abandonar las profundidades y regresar al mundo de los vivos. Madre y raptor, por intercesión de Zeus, acordaron un pacto: una parte del año, Perséfone lo pasaría con su esposo y, la otra parte, con su madre.

Lo que este mito indica, es que cuando Perséfone regresa con su madre, Deméter muestra su alegría haciendo reverdecer la tierra, con flores y frutos. En la antigua Grecia, el primer día de la primavera era el día en que Perséfone volvía al regazo de su madre. Por el contrario, cuando la joven descendía al Inframundo, el descontento de su madre se demostraba en la tristeza del otoño y del invierno. Así se renueva anualmente el ciclo de las estaciones, y así explicaban los griegos la sucesión de ellas: el otoño y el invierno son tristes y oscuros como el corazón de Deméter, al estar separada de su hija; la alegría y la serenidad retornan cuando vuelve con ella, es decir, cuando comienza la primavera. Las diosas Deméter y Perséfone, por tanto, representaban los poderes de la naturaleza, su transformación y las estaciones cíclicas.


Mosaico perteneciente a una tumba desconocida hallada en Anfípolis.
Fechada en torno a la época de Alejandro Magno (siglo IV a. C.)



Bibliografía

GRIMAL, P. (2009): Diccionario de Mitología griega y romana. Traducción de Francisco Payarols. Barcelona, Paidós Ibérica.

JÜNGER, F. (2006): Los Mitos Griegos. Tradución de Carlota Rubies. Barcelona, Herder.

LÓPEZ EIRE, A., VELASCO LÓPEZ, M. del H. (2012): La mitología griega: lenguaje de dioses y hombres, Madrid, Arco/Libros.


Autor: Israel Jacobo Alcón García



3 comentarios:

  1. ¡Te agradezco la entrada! Así quedan resueltas mis dudas. Un saludo y ¡gracias!

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  2. Lo primero es felicitaros por vuestra gran labor la que realizáis en este blog tratando estos temas desde un punto de vista diferente.
    Me gustaría saber si este mito que describes en la entrada, es una evolución de algún mito más antiguo, y si este mismo mito a ido evolucionando en el tiempo, por ejemplo hasta la Edad Media.
    Muchas gracias y seguid con este gran trabajo

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  3. Efectivamente Mario, como bien intuyes en tu comentario, la Mitología griega es el resultado de un conjunto de mitos y leyendas pertenecientes a los antiguos griegos que tratan de sus dioses y héroes, la naturaleza del mundo, los orígenes y el significado de sus propios cultos y prácticas rituales.

    Igualmente, la mitología griega influenció en gran medida a otras culturas coetáneas, como bien pudiera ser la cultura romana. Éstos acogieron en buena parte mitos y leyendas de la mitología griega y fueron transformados y adaptados prácticamente en su totalidad. Por ejemplo, el Hades griego fue transformado en el Plutón romano, o la Perséfone griega en la Proserpina romana.

    Posteriormente el Cristianismo hizo algo semejante y, hoy en día, muchas de las festividades tienen un origen "pagano" que podemos encontrar en el mundo romano y griego.

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